AFROECUATORIANOS
los dos núcleos
principales de población y cultura afroecuatoriana se encuentran en la
provincia de Esmeraldas y en el Valle del Chota, en las provincias de Imbabura
y Carchi. También existe un importante número de afroecuatorianos en ciudades
como Guayaquil, Quito e Milagro. Mientras que en Guayaquil suelen ser de origen
principalmente esmeraldeño, en Quito pueden ser tanto esmeraldeños como
choteños. Recientemente se han dado flujos de migración de afroecuatorianos
hacia el oriente ecuatoriano.
Dentro del Ecuador
son un grupo que históricamente ha sufrido importantes niveles de pobreza,
marginación y discriminación. Esta situación ha venido cambiando y ahora es
posible ver cada vez más a afroecuatorianos en posiciones y lugares en la
sociedad ecuatoriana a los que antes no podían llegar. Así, poco a poco, han
ido logrando en las últimas décadas el respeto y el reconocimiento de la
sociedad ecuatoriana en general.
Historia
Gran parte de los negros ecuatorianos descienden
de los sobrevivientes de buques negreros encallados en la costa norte de
Ecuador y la costa sur de Colombia, entre el siglo XVII y el siglo XVIII, estos
negros organizaron sus propias comunidades al margen de los indígenas y de los
colonizadores españoles, siendo libertos por cuenta propia. Estos se ubicaron
en la zona de Esmeraldas y aledaños y posteriormente han experimentado un
proceso de migración hacia otras zonas.
Otro porcentaje importante, provienen de esclavos
de haciendas de la costa y la sierra, que obtuvieron la libertad luego de la
década de 1860. Ambos grupos, libertos de Esmeraldas y esclavos en el resto del
país, normalmente provenían de los pueblos de África occidental, y tienen
apellidos españoles provenientes de sus antiguos amos o apellidos propiamente
africanos aunque hispanizados.
Posteriores ingresos de negros a Ecuador se dan a
finales del siglo XIX inicios del siglo XX, durante la construcción del
ferrocarril Durán-Quito en el gobierno de Eloy Alfaro quien los contrató
masivamente como obreros de construcción provenientes de Jamaica, provocando
una pequeña inmigración, muchos de ellos se quedaron en el país y formaron
familias. Cronológicamente fueron las primeras personas organizadas bajo las
ideologías del movimiento obrero de clase social en Ecuador, en especial por el
anarquismo, sin embargo no hicieron labor proselitista fuera de los obreros
migrantes jamaiquinos por las diferencias de idioma, cultura y raza con los
ecuatorianos. Se caracterizan por sus apellidos anglosajones y en la actualidad
están completamente asimilados en las ciudades. Un famoso afroecuatoriano de
ascendencia jamaiquina fue el más destacado futbolista en la historia del
deporte ecuatoriano y posteriormente diplomático, Alberto Spencer.
Cultura y religión
El aspecto más visible y conocido de la cultura
afroecuatoriana es la música. Por un lado, está la música negra de la provincia
de Esmeraldas ubicada en la costa norte del país. En este lugar donde se
desarrolló y conservó la música característica de las comunidades
afrodescendientes de esta zona que se caracteriza principalmente por el uso de
la marimba y tambores.Por otro lado están las comunidades negras del Valle del Chota en la Sierra norte en la frontera entre las provincias de Imbabura y Carchi en donde se desarrolló el ritmo conocido como Bomba del Chota, usualmente tocado por guitarras y tambores. Los dos tipos de música difieren mucho entre sí, dado a que la música esmeraldeña es más fuerte en su herencia afro mientras que la bomba del chota evidencia su desarrollo en la sierra ecuatoriana y así muestra en forma más acentuada influencias indígenas y mestizas.
Con respecto a la religión y los afroecuatorianos, es notoria la ausencia de rastros de cultos africanos en el Ecuador. Así, a diferencia de lo que ocurre en Cuba Uruguay o Brasil, no se tiene un sincretismo religioso o un culto africano activo. De todas formas es importante tomar en cuenta expresiones religiosas católicas de los pueblos esmeraldeños, en los cuales suele jugar papel importante con cantos y música con una identidad muy específica, como es el caso de la Misa esmeraldeña.
Papá Roncón, marimba y voz de la costa esmeraldeña
del Ecuador
Papá Roncón, el
guardián de la tradición marimbera. Guillermo Ayoví Erazo, como es el nombre de
pila de Papá Roncón, para que la cultura ancestral no se pierda, con su marimba
le canta a la naturaleza, a los montes, a la lavandera, o a cualquier situación
que le conmueva el alma. Porque la marimba es su señal de identidad, su
memoria, “lo que los sacó a ellos (se refiere a sus antepasados) de la
esclavitud”.
El grupo "La Catanga" toma su nombre de un
tradicional instrumento de pesca, muy utilizado en la región de los ríos
Santiago, Cayapas y Ónzole y también del nombre de una provincia del Congo en
África. Fundado en la parroquia Borbón de Esmeraldas en 1981 por Papá Roncón,
sus integrantes se formaron en la Escuela de Cultura Tradicional del mismo
nombre, cuyo principal instructor y director es el mismo Papá Roncón. En este
proyecto de fortalecimiento cultural se trabaja música y danza de marimba,
artesanía, poesía, construcción de instrumentos, cuentos y leyendas. Con estas
actividades se ha mantenido y financiado su quehacer en las diferentes áreas,
sobre todo en la capacitación de sus integrantes, ya que no tuvieron apoyo de
autoridad alguna, a pesar de las múltiples gestiones que realizaron, y que por
"La Catanga" desde su fundación, hayan pasado mas de 500 integrantes
compuestos por niños, niñas y jóvenes quienes han aprendido diversas
actividades y varios de ellos ahora integran otros grupos afros, como Madera
Metálicos, Cotroco y Guasá y La Canoíta. Es una realización de Jorge Laraia.
A sus 77 años, jubilado luego de recorrer
algunos trabajos y oficios, desde cargador hasta empleado del Consejo
Provincial, Papá Roncón se dedica por entero a la música, a crear canciones, a
tocar y a fabricar marimbas, a decir décimas y también a enseñar lo que sabe,
en Borbón, el pueblo donde vive. Lo que yo sé para qué me lo voy a llevar,
dice. Lo tengo que enseñar. A mi casa llegan estudiantes y a veces me van a
preguntar cosas que los profesores no saben y no tengo ningún grado académico”,
señala con su voz honda y grave, con esa que canta y cuenta adivinanzas. Lo de
hacer música a Papá Roncón se le ocurrió hace 28 o 30 años por iniciativa de un
amigo, que le dijo: ‘Oye Roncón, por qué no haces un grupo y te vas a ganar tu
platita’. Siguió el consejo y con su esposa, con quien lleva 52 años de casado,
y sus hijos e hijas creó el grupo La Catanga. En la primera presentación ganó
cien sucres. Ahora dice que ha llegado a obtener 2.000 y hasta 3.000 dólares
por actuación. Con La Catanga formó escuela, enseñó a tocar y bailar marimba.
Asegura que algunos de los que en la actualidad se dedican a ello tuvieron su
origen allí y celebra que la marimba se esté popularizando otra vez. Una
muestra del reconocimiento alcanzado por este instrumento es que en el 2003 fue
declarado parte del Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador
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